Un aspecto importante de cualquier actividad económica es su doble vertiente fiscal. Por un lado, la económica, que se identifica con su incidencia cuantitativa en el proceso productivo; y, por otro, la no cuantitativa formada por el régimen jurídico que regula la relación que se establece entre la Administración tributaria y el administrado en virtud del tributo.
Esta relación jurídica básica se hace más compleja cuando la ley implica a terceros ajenos a la obligación tributaria principal. La figura del responsable tributario es un buen ejemplo. Según el art. 41 de la Ley 58/2003 de 17 de diciembre, General Tributaria, la ley puede ordenar que un tercero garantice el pago en caso de insolvencia del deudor principal.
Este es el fundamento para la responsabilidad tributaria de los administradores de personas jurídicas. En esta obra se analiza la garantía del crédito tributario que implica la responsabilidad fiscal de los administradores, prevista en el art. 43.1.a), b) y c) de la LGT, y que se extiende a las fases de constitución y desarrollo de la persona jurídica; que se completa con la exposición de la regulación que, sobre la sucesión de personas jurídicas, realiza el art. 40 de la LGT