La creación del Registro de Bienes Muebles ha puesto de manifiesto que, en la actualidad, los bienes muebles y las garantías y los gravámenes que sobre ellos se constituyen tienen una gran relevancia económica. Para crear dicho Registro ha sido necesario un largo proceso en el que han tenido su protagonismo el Registro de Buques, el Registro de Hipoteca Mobiliaria y Prenda Sin Desplazamiento, el Registro de Aeronaves y el Registro de Venta a Plazos de Bienes Muebles. Todos estos Registros han desaparecido para integrarse en el de Bienes Muebles.
La puesta en funcionamiento del Registro de Bienes Muebles no se ha completado. Han transcurrido seis años desde su creación, pero todavia está pendiente el desarrollo reglamentario de la Disposición Adicional Única del Real Decreto 1828/1 999, de 3 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento del Registro de Condiciones Generales de la Contratación.
La gran heterogeneidad que presentan los bienes muebles susceptibles de ser inscritos en el Registro de Bienes Muebles ha provocado la imposibilidad hasta la fecha de establecer un régimen jurídico unitario de dicho Registro, a diferencia de lo que sucede en relación con los Registros de la Propiedad y Mercantil. Consiguientemente, será necesaria una reforma legislativa que establezca una regulación normativa menos dispersa, que elimine la pluralidad de procedimientos registrales en función del tipo de acto o contrato inscribible, que determine las funciones del Registro de Bienes Muebles Central, que fije la demarcación registral y la competencia registral, y que aclare, con mayor precisión, cuáles son los bienes muebles registrables.