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Las instituciones europeas han venido mostrando su preocupación en los últimos años por la continuidad de las pequeñas y medias empresas, muchas de ellas de carácter familiar, ya que las mismas actúan como un importante motor de la economía europea. Esta preocupación se reflejaba ya en la recomendación de la comisión europea, 94/1068/CE, de 7 de diciembre de 1994- publicada en DOCE, L 385, de 31 de diciembre de 1994, págs. 14 y ss.-, que reconocía las causas de derecho sustantivo y fiscal que dificultaban la transmisión de la empresa, sobre todo mortis causa, y aconsejaba reformas dirigidas a simplificar el derecho para facilitar la continuidad y supervivencia de las pequeñas y medianas empresas.
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