Nuestro Derecho Penal se ha visto sometido en los últimos años a un importatnte proceso de reformas, que podríamos tildarlas de parches, que no afectan a su conjunto, pero sí a un importante elenco de delitos de la Parte Especial y a una no menos importante reforma llevada a cabo en la Parte General del Código, en particular a la aplicación de las penas y su extensión. Podríamos citar, por ejemplo, las reformas habidas en los delitos contra la libertad sexual, los delitos relativos al maltrato familiar (mal llamado violencia de género), los delitos relacionados con el tráfico ilegal de personas y la inmigración clandestina y la última reforma “estrella”: los delitos materia de seguridad vial.
La Parte General del Código Penal, regula unas reglas que resultan de importante aplicación en preceptos penales regulados en la Parte Especial, como por ejemplo, la alevosía, regulada en la circunstancia 1ª del art. 22, que sólo debe aplicarse en los delitos contra las personas, y, además, configura una agravante del homicidio, que transforma a éste en asesinato (art. 139); o el art. 24 en el Capítulo VI relativo a las Disposiciones Generales, donde se dice a efectos penales a quién se reputará autoridad, a quién se considerará funcionario público, o, qué se considera documento (art. 26).
Sin embargo, la Parte Especial, contiene clases concretas de delitos y faltas y las disposiciones complementarias del Código. Es decir, en la Parte Especial se regulan las conductas que pueden ser constitutivas de un delito previsto y penado en el ordenamiento punitivo. Así, en el art. 138 se dice “El que matare a otro será castigado como reo de homicidio”. Se describe la conducta y su correlativa pena.
Como dice JESCHECK, “desde un punto de vista material, la Parte Especial contiene descripciones de delitos y, con ello, los preceptos constitutivos para la fundamentación del injusto penal, mientras que la Parte General sólo cumple en sus prescripciones relativas al injusto una función complementaria de los tipos de delitos” .
Con esta segunda parte de la obra que hoy ve la luz, se analizan las resoluciones dictadas por los tribunales españoles al aplicar los preceptos de la Parte Especial del Código Penal. Por su voluminosidad, hemos dividido esta Parte Especial en dos volúmenes. El primero que va desde el art. 138 hasta el artículo 304 inclusive y el segundo, que incluirá los restantes delitos y las faltas.
Hemos seguido el mismo criterio de análisis que el primer Tomo. Se han estudiado las sentencias no sólo del Tribunal Supremo, sino también de las Audiencia Provinciales (llamada jurisprudencia menor), Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo. Se recopilaron todos los Acuerdos del Pleno no jurisdiccional del Tribunal Supremo y las Instrucciones y Circulares de la Ficalía General del Estado a texto completo.
Las notas a pie de página siguen idéntico criterio para lo que fueron utilizadas en la Parte General: para ampliar un tema concreto, o para destacar la doctrina jurisprudencial contradictoria entre Tribunales de un mismo orden sobre un determinado tema.
Vuelvo a reiterar lo dicho en la primera parte de la obra. Los autores que en ella trabajamos aspiramos a que este Libro le resulte práctico al operador jurídico, de utilidad, y que a su vez enseñe los criterios seguidos por nuestros Tribunales para la resolución de los distintos y variados problemas que nos encontramos a la hora de interpretar la Ley Penal. Por ello el amplio elenco de las personas que han trabajado en su redacción, que en el ámbito del derecho ejercen distintas funciones: Jueces, Secretarios Judiciales, Abogados y Profesores de Derecho, que nos dan su distinto punto de vista y enriquecen así la obra, para que el lector pueda disponer no sólo de información exacta y actualizada, sino además, pueda disponer de distintos criterios de interpretación o valoración de la norma a la luz de las resoluciones escogidas.