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Colección: Abogacía práctica
Las pruebas científicas suponen el fin de un cicla de técnicas probatorios que, desde hace varias décadas, están cerrando el paso a errores de valoración de pruebas muy trascendentales, pero que, a su vez, abren nuevos interrogantes. La importancia de la prueba de ADN ha ido in crescendo desde que en 1985 fuera utilizada por primera vez en un proceso penal en Inglaterra. El ADN (Acido Desorribonucleico) es una molécula que se encuentra en cada célula de nuestro cuerpo, conteniendo toda la información genética necesaria para el funcionamiento de nuestro organismo. Mediante esta prueba se procede a la valoración probabilística de la coincidencia de perfiles humanos, de forma que la no coincidencia permite descartar que la muestra pertenezca al sospechoso mientras que su coincidencia permite, con un altísimo grado de probabilidades, atribuírsela. Es por tanto, una de las pruebas científicas más fiables, siempre y cuando se sigan los protocolos científicos. La prueba de ADN está sometida a continuos avances científicos y sólo puede ser comprendida hoy en el marco del difícil equilibrio entre la eficacia de la investigación penal y la protección de los derechos humanos. Esto nos lleva a problemáticas muy complejas. Este libro, en el que colaboran auténticos expertos en la materia, se publica con la esperanza de contribuir a un mayor esclarecimiento de los numerosos interrogantes que la prueba del ADN plantea en el proceso penal, partiendo de una visión interdisciplinar (Derecho Penal, Derecho Procesal Penal, Derecho Administrativo-Policial, Criminología y Medicina Legal) y comparada (España, Estados Unidos, Alemania, Italia y Holanda), incidiendo especialmente en una orientación para el práctico que diariamente se ha de enfrentar a ese proceso hacia la mejor solución posible para cada de ellos, analizando toda la jurisprudencia existente sobre la materia.
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