Enrique Peñaranda Ramos aborda en este libro una de las cuestiones más complejas y difíciles de la Parte General del Derecho Penal. Si ya de por sí todo lo relativo a la participación de varias personas en el delito es materia complicada, las dificultades suben de punto cuando se trata de la participación en figuras delictivas que contienen elementos personales.

La dificultad de la materia ha servido para que Enrique Peñaranda tuviese ocasión de demostrar sus excepcionales dotes de penalista. En un momento en que llama la atención el irregular valor de lo mucho que se publica, este libro impresiona por la erudición que encierra y el rigor dogmático con que se analizan las múltiples cuestiones suscitadas. Pocas veces, como ésta, un libro acredita de manera tan evidente la madurez y altura científica de su autor.

Este libro es fruto del exhaustivo análisis histórico, el lector encontrará un interesante apartado relativo al origen del concepto legal de autor que acoge el Código Penal español y las repercusiones del mismo en la doctrina y la jurisprudencia. Por lo que a esta última se refiere, Enrique Peñaranda somete a una aguda crítica la doctina jurisprudencial del "acuerdo previo", señalando que no se trata de ninguna intervención del Tribunal Supremo español, sino de una reminiscencia de antiguas concepciones, que se habían extendido por toda Europa antes de que lograsen imponerse a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX las doctrinas causales de la participación.

En la segunda parte de la obra Enrique Peñaranda se ocupa del significado actual de la accesoriedad de la participación.