El concepto de trabajo como tal, que en su acepción clásica es todo ejercicio que implica una actividad humana destinada a la producción, transformación y combinación de materiales para la creación de nuevos objetos, ha sido superado.
En este contexto, en el que cada vez más, la concertación de las condiciones de trabajo aparece determinada por la libre negociación colectiva de las partes, y en la que el Estado asume una postura crecientemente pasiva, hay parámetros, como la buena fe, que deben asumir un nuevo rol por su carácter integrador y pacificador de este complejo mundo de las relaciones laborales.
Esta obra representa una valiosísima aportación sobre la buena fe, definida como modo sincero y razonable con que uno procede en sus contratos, distanciándola de su interpretación civilista y configurándola autónomamente dentro del orden laboral, con una relevancia que afecta tanto al ámbito de contratación y negociación del mercado laboral, como a su aplicación por Jueces y Tribunales.