El autor toma partido en favor de la condición soberana de la Orden, defendiendo la especial naturaleza jurídica de un ente de carácter no territorial, que se resiste a ser encasillado en alguna de las categorías conocidas de sujetos del Derecho de Gentes. El libro presenta la actividad de la Orden de Malta en el concierto de las relaciones internacionales, medio en el que ejerce el derecho de legación activa y pasiva, firma tratados, y participa en nombre propio en los más importantes foros de elaboración del Derecho Humanitario Internacional.