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El procedimiento penal abreviado autoriza, bajo ciertas condiciones, la celebración del juicio oral sin la presencia del acusado. Como contrapartida, aparece en la ley un nuevo remedio procesal (el "recurso" de anulación) dirigido a cuestionar la regularidad del proceso contumacial, por considerar que se llevó a cabo sin concurrir todos y cada uno de los presupuestos que legalmente lo hacían posible. Nuestro legislador dedica un solo precepto (el art. 793 de la LECrim.) a este remedio para anular sentencias, cuya "virtud", ciertamente insólita, ha sido la de lograr poner de acuerdo a toda la doctrina respecto de su parquedad, precariedad, deficiencia, ambigüedad y un largo etcétera de descalificativos. Su desafortunada regulación ha propiciado una gran disparidad de criterios interpretativos, dando lugar a posturas auténticamente contradictorias y, lo que es peor, todas ellas perfectamente defendibles. En esta obra se intentan desenmarañar, con el máximo rigor y minuciosidad, las más variadas cuestiones surgidas en torno al "recurso" de anulación. Se aportan soluciones prácticas, regadas con jurisprudencia, tanto constitucional como ordinaria, y se ofrecen al operador jurídico unos escogidos formularios de indudable utilidad para su ejercicio profesional.
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