Un estudio completo y pormenorizado de un principio fundamental y necesario del Derecho penal, e irrenunciable de la política criminal: el principio de legalidad penal, cuya formulación latina "nullum crimen, nulla poena sine lege", popularizó Feuerbach y desarrolló la filosofía de la Ilustración, cuando el pueblo pasa, de ser instrumento y sujeto pasivo del poder absoluto del Estado o Monarca que lo encarna, a controlar y participar en ese poder, exigiendo unas garantías en su ejercicio.
El estudio se complenta con un rastreo por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional desde 1981 hasta mayo de 2004, y la del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre el contenido de dicho principio.
Consagrado por la Constitución española, y aducido constantemente en cualquier propuesta de reforma legislativa, ese reconocimiento legal no ha impendido sin embargo que en España haya empezado a tambalearse con las sucesivas reformas del Código penal llevadas a cabo principalmente en la segunda mitad de 2003, como advierte con lucidez aquí la autora.