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Máximas y principios de la legislación universal
Máximas y principios de la legislación universal
 
Autor: Alcalá Galiano, Antonio
Editorial: Comares
Soporte: Libro
Fecha publicación: 30/03/2006
Edición: 
ISBN: 9788498360271
200 páginas
Sin Stock. Envío en 7/10 días

Precio original:    15,00 €
Precio final por compra On-Line:     14,25 €   (I.V.A. incluido)

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Este libro que presentamos al lector no es obra del más famoso y más conocido Antonio Alcalá Galiano, autor de obras tan importantes como Lecciones de Derecho político, Recuerdos de un Anciano, Memorias, etcétera.

Su autor es Antonio Alcalá Galiano (-1826, año de fallecimiento), tío paterno (hermano de su padre) del más conocido Antonio Alcalá Galiano. A pesar de la frecuente y muy extendida atribución a éste último de la autoría de dicha obra 3. El mismo Antonio Alcalá Galiano puntualiza, marcando las distancias pertinentes, que el libro «Máximas y principios de la legislación universal» corresponde a su tío; y lo hace en dos escritos autobiográficos. En primer lugar, en los Apuntes para la Biografía del Excelentísimo Señor Don Antonio Alcalá Galiano. Escritos por Él mismo. En este breve escrito relata que su abuelo, Don Antonio Alcalá Galiano y Pareja («hacendado mayorazgo, siendo coronel de Milicias provinciales, se distinguió por su valor en la guerra contra Francia, en el Rosellón, en 1793 y 1794, y particularmente en la gloriosa defensa de Bellegarde, donde cayó prisionero. Murió siendo Mariscal de Campo y comendador en la Orden de Alcántara, en 1813»), tuvo varios hijos. El tercero fue su padre, Dionisio Alcalá Galiano («a la sazón teniente de navío de la real armada, era ya un oficial acreditado, como se ve en el viaje al Estrecho de Magallanes, donde se hace memoria de él. Después creció en merececimientos y fama hasta que murió gloriosamente en el combate de Trafalgar, siendo brigadier y mandando el navío Bahama. Pasaba por hombre grande. Véanse los elogios que de él hacen los poetas y oradores que hablaron del suceso de Trafalgar y léase, si se puede, su vida en la «España marítima», o en las «Biografías de hombres célebres por uno que no lo es». Su padre «era de Cabra, donde está parte del mayorazgo de mi familia, aunque nuestra casa solariega está en la villa de Doña Mencía, poco distante. Mi madre, doña María de la Consolación Villavicencio, o dígase Fernández de Villavicencio, era pariente de mi padre, siendo su madre doña Juana de la Serna Pareja y hubo necesidad de doble dispensa para su matrimonio...»). El cuarto de los hijos, fue Don Antonio Alcalá Galiano (del cual, evidentemente, era sobrino el Antonio Alcalá Galiano de Recuerdos de un Anciano), éste «siguió –nos cuenta su sobrino Antonio Alcalá Galiano- la carrera de la toga, y fue muy joven alcalde del crimen en Valladolid, después oidor en Granada y Alcalde de casa y corte. Fue nombrado diputado a Cortes por la provincia de Córdoba en 1812, y tomó asiento en las generales y extraordinarias de Cádiz cuando ya estaban terminando sus tareas, agregándose al partido de la antigua monarquía. Pasó de consejero al de Hacienda en 1814, y murió jubilado de este destino en 1826». Fue él quien «escribió un libro intitulado Máximas de política y legislación que algunos –dice su sobrino– me han atribuido, engañados por la identidad del nombre, obra de no gran mérito (sic., juicio un tanto arbitrario y en exceso severo como luego se indicará), pues no igualaba en saber a sus hermanos» 4.
El propio Alcalá Galiano, tío, escribe su experiencia como miembro del cuerpo permanente de Magistrados: «En todo Gobierno bien organizado el cuerpo permanente de Magistrados es el verdadero apoyo de la debilidad y endeblez. En quanto Tribunales que he tenido el honor de servir el delicado encargo de Magistrado, que han sido las dos chancillerías, Salas de Corte y Consejo Supremo de Hacienda, he observado constantemente atender más á los infelices que á los poderosos; y asi los hombres practicos decian que nuestros Tribunales eran demócratas» 5 (adviértase incidentalmente como se filtra aquí una concepción positiva y correctora de los desequilibrios sociales como idea fuerza implícita o subyacente a la «democracia», a pesar de la experiencia traumática de la Revolución francesa y la asunción por Alcalá Galiano de un ideario propio del liberalismo moderado o decididamente conservador, que busca sus raíces en la historia española, en su «constitución histórica interna»).
En sus Memorias Alcalá Galiano, sobrino, había reiterado ese distanciamiento de autoría y criterio de opinión: «El cuarto, cuyo nombre era Antonio, así como el mío, nombre muy común en la familia, y que sigue siéndolo, dando margen a equivocar los dichos y hechos de unas personas con otras, estudió leyes, y no bien concluyó sus estudios, cuando, a uso de aquellos días, en los que raras personas distinguidas hacían de abogados, vistió la toga, siendo nombrado alcalde del crimen en la chancillería de Valladolid, muy mozo todavía. Este llegó a ser consejero de Hacienda, y murió en 1826. Empezó una obra titulada Máximas de legislación, que algunos me han atribuido. En su juventud fue también de ideas innovadoras y democráticas; pero con los años mudó, y el último período de su vida fue señalado por su celo de la causa del trono» 6. Aquí, como se puede apreciar, el sobrino Antonio Alcalá Galiano, obvia calificar despectivamente la obra de su tío e indirectamente también a éste.
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