Pietro Costa, definida la ciudadanía "como relación política fundamental entre un individuo y el orden político-jurídico en que se inserta", analiza la construcción del estatuto de ciudadano y su relevancia en la Historia occidental a través de lo que califica como "discurso de la ciudadanía", el modo en que una sociedad representa la relación del individuo con la comunidad política.

Un análisis que evita una acrítica identificación de la comunidad política con el Estado y que parte de sus primeras manifestaciones en la ciudad, referencia inexcusable para el inicio de este discurso y donde la identidad ciudadana es uno de los elementos intrínsecos de la misma. Su análisis se detiene especialmente, con el telón de fondo del Estado, en la condición de súbdito o en la aparición de la ciudadanía constitucional, así como en la evolución hacia una ciudadanía constitucional, así como en la evolución hacia una ciudadanía de igualación y las deformaciones totalitarias de los problemas concretos de la ciudadanía.

El autor subraya las dificultades sufridas por la creación de un nuevo orden jurídico y político tras la Segunda Guerra Mundial, fundado en la centralidad de un sujeto con una multiplicidad de derechos que, frente a la igualdad abstracta de cuño estatal, reclama una ciudadanía basada en la libertad de igualación y de diferencia. Estas dificultades se manifiestan con mayor intensidad en los obstáculos por los que atraviesa la constitución europea actual y la mutación de la "ciudadanía constitucional" en "ciudadanía europea", en la que aparece la necesidad de una nueva "lucha por los derechos" frente a la renovada "lucha contra los derechos"