El proceso de privatizaciones que ha caracterizado la evolución del sector público empresarial del Estado ha venido acompañado por la profunda reestructuración del ámbito empresarial dependiente de la Administración Central. Paralelamente a esta evolución se ha desarrollado una creciente presencia de las Administraciones Territoriales a través del tejido empresarial, con la proliferación de las intervenciones públicas autonómicas, provinciales y locales por medio de un entramado institucional y organizativo cada vez más complejo.
El rápido desarrollo del sector público empresarial se manifiesta tanto en el número de empresas existente como en sus principales indicadores'éconómicos y presupuestarios. Además, se han ampliado los sectores y los servicios cuya prestación se realiza a través de formas de gestión descentralizadas. Esta creciente actividad pública ha incidido en los recursos financieros a través de las transferencias y subvenciones recibidas de los presupuestos de las Administraciones territoriales, y con el incremento notable de los niveles de endeudamiento de las empresas creadas.
El desarrollo empresarial ha sido generalizado en Comunidades Autónomas, Entidades provinciales y en Ayuntamientos, aunque algunas regiones concentran una actividad empresarial muy significativa, especialmente en la actividad empresarial dependiente del nivel autonómico de gobierno.
La constatación de este importante crecimiento en el número de empresas regionales, provinciales y locales es el reflejo, por un lado, del desarrollo de nuevas formas de gestión de la actividad pública, que pasan por el mayor dinamismo de las estructuras organizativas. Por otra parte, es también la consecuencia de la implantación de normas presupuestarias más rígidas, que limitan el recurso al endeudamiento en la financiación de actividades inversoras necesarias para el funcionamiento del conjunto de las Administraciones Públicas.