La Ley General Tributaria, entrada en vigor el 1 de julio de 2004, supone una modificación trascendental para la administración tributaria, conjugando la mejora técnica de los procedimientos de su actuación con la salvaguarda de los derechos de los obligados tributos. El libro analiza la incidencia de la ley en la gestión tributaria desarrollada por las Oficinas Liquidadoras de Distrito Hipotecario, a cargo de los Registradores de la Propiedad, centrada principalmente en los impuestos sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y sobre Sucesiones y donaciones. Constituye así un manual imprescindible para quien quiere acercarse a la gestión tributaria relacionada con las Oficinas e impuestos citados, sugiriendo los problemas que resultan del texto normativo y apuntando las soluciones necesarias para su plena puesta en funcionamiento.