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En los últimos años se ha extendido en occidente la imagen de un Islam violento y fanático, incapaz de integrarse, en el ámbito internacional, en la sociedad de naciones surgida tras la II Guerra Mundial y, respecto a las comunidades constituidas en Europa, en sociedades basadas en los valores de la democracia pluralista, el Estado de Derecho, los derechos humanos, la separación entre política y religión y la protección de las minorías. No cabe duda que esta imagen, implícita en las teorías, tan en boga, que auguran un «choque de civilizaciones», o la conquista islámica del poder cultural y político en Europa, han sido divulgadas, se podría decir que incluso alentadas, por unos medios de comunicación occidentales donde la religión musulmana se presenta como sinónimo de intolerancia, fanatismo, discriminación de la mujer y de las minorías no musulmanas, justificadora de la pena de muerte o de los castigos corporales. Es decir, de doctrinas en las que, explícita o implícitamente, se postula la violencia por razón de sexo, o de la religión u otra condición política o social de la persona. Lo cual se refleja en la propagación del odio hacia los musulmanes -y su cultura- que habitan en occidente, la «islamofobia».
El objeto del libro que tiene el lector entre sus manos es reflexionar sobre el fundamento de la relación entre violencia e Islam en los dos sentidos -antagónicos- señalados: ¿es el Islam una religión violenta per se? ¿Se justifica una reacción de odio contra esas creencias y las personas que las profesan? Si fuera así, ¿qué efectos pudiera tener respecto a la convivencia e integración de las comunidades musulmanas en Europa?
Es indudable que estas interrogantes, tan debatidas hoy en día en la sociedad europea y que, en su respuesta afirmativa, es decir, la que vincula la violencia a la religión islámica y habla de la expulsión de sus símbolos y de las personas creyentes de los países del viejo continente, que está presente en la prohibición de los minaretes en Suiza, o en el auge de los partidos de la derecha nacionalista y racista en países como Francia, Holanda y Austria, pueden ser examinadas desde múltiples perspectivas: sociológica, histórica, política … Los autores que hemos redactado este libro, profesores de distintas universidades españolas, hemos decidido escoger la perspectiva jurídica y, dentro del Derecho, la de la rama del Derecho internacional público dedicada al análisis tanto de los documentos como de las medidas adoptadas respecto de la proclamación y la aplicación de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.
El estudio, desde la perspectiva del Derecho internacional de las organizaciones con competencias, directas o indirectas, en materia de derechos humanos, o que, en el ámbito de la política supranacional, se han referido a cuestiones como la del terrorismo islámico, el fundamentalismo religioso y otras semejantes, se ha dividido en cuatro capítulos.
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