La obra estudia la figura del promotor desde el alcance de su concepto hasta el régimen de responsabilidad y garantías frente a los adquirentes de las viviendas, sin descuidar lo relativo a los demás agentes que intervienen en la edificación. En definitiva, analiza los mecanismos de protección de los adquirentes de viviendas frente a los defectos constructivos que puedan surgir, a la vez que perfila la figura del promotor como garante de la edificación y sus propios mecanismos de defensa.

De la misma merece destacar su análisis a la luz de la Ley de Ordenación de la Edificación, recurriendo a la casuística y a las decisiones jurisprudenciales porque son éstas las que han ido perfilando lo que actualmente se conoce como promotor.