La existencia de un orden normativo destinado a regular conductas humanas en la vida social tendría como función favorecer relaciones sociales cooperativas y/o solidarias e impedir situaciones inhumanas, neutralizar diversas formas de dominación y sometimiento, así como reducir la desigualdad material entre los miembros de la sociedad. Pero los observables de la realidad social no muestran mayores resultados de esa supuesta función y por el contrario subsisten y en muchos casos se profundizan exclusiones, desigualdades y sometimientos enmarcados en la lógica del mercado y de la “globalización” de las relaciones capitalistas. Por otra parte es evidente una progresiva disminución de la capacidad de las instituciones estatales en imponer alguna autonomía política de esas lógicas sobre el conjunto de las relaciones sociales que invocan un productivismo sin límite alguno sometiendo a lo humano y a lo ecológico.

Este libro expresa entonces, la tensión entre el orden normativo y su real funcionamiento al que no es ajeno grupos o facciones que gobiernan las instituciones estatales, lo que supone una realidad inquietante de la que dan cuenta los trabajos aquí presentados.