La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea se integra en la Parte II del Tratado por el que se establece una Constitución para Europa. Tras la firma de dicho Tratado, el 29 de octubre de 2004 en Roma, puede afirmarse que la Carta se convertirá en parte integrante del acervo comunitario, una vez concluya la ratificación del texto los años venideros. Hasta entonces, hasta la finalización del proceso de ratificación, la Carta no será un documento jurídicamente vinculante, lo que no implica desnudez de efectos jurídicos, tal y como demuestra el papel que ha venido desempeñando desde su solemne proclamación en diciembre de 2000 hasta hoy. (...) Esta edición pretende ofrecer una visión global de la Carta, entendida como texto que convive en una cultura contexto de derechos fundamentales. La creciente relación entre los derechos reconocidos en el CEDH, las Constituciones nacionales y la Carta, requerirá mayor frecuencia una visión integradora de las tres declaraciones, cuya consecución se fomentará con su manejo simultáneo. Con este fin, hemos preparado una edición de la Carta en la que sus derechos conviven, de forma individualizada, con otros derechos que contribuyen a darle sentido. Así, cada artículo de la Carta va acompañado, en primer lugar, de las «explicaciones», en alusión a las notas interpretativas elaboradas por el Praesidium de la Convención I (que elaboró la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea proclamada en Niza en 2000), algunas de las cuales serían posteriormente modificadas por el Praesidium de la Convención sobre el futuro de Europa (o «Convención II», que elaboró el Proyecto de Tratado por el que se instituye una Constitución para Europa). Allí donde existan cambios en el texto de la Carta, se hacen constar, resaltándose igualmente la inexistencia de modificaciones e incorporando en todo caso el artículo concordante de la Parte II de la Constitución europea, donde se ubica la Carta.