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A finales de la década de los ochenta diversas entidades financieras se creyeron legitimadas para lanzar productos financieros de dudosa legalidad al mercado español. Su objetivo era atraer la importante bolsa de dinero negro existente ofreciendo rentabilidad a cambio de opacidad. Las lagunas en la legislación y la existencia de productos financieros legales con características similares (lanzados por el primer gobierno socialista para hacer aflorar estos capitales) permitió que estos productos estuvieran en funcionamiento durante cierto periodo de tiempo. A principio de los noventa, el Banco de España, con el apoyo de los legisladores, se encargaría de ir clarificando las cosas y las entidades financieras tuvieron que retirar esos productos de sus carteras. En opinión de la autora, el caso de las cesiones de crédito ofertadas por el Banco de Santander constituye uno de los mayores pulsos a la judicatura planteados jamás por una entidad financiera en un Estado de derecho. El banco retiró los productos del mercado, pero intentó obstruir la investigación a la que le sometió Hacienda, primero, y la Audiencia Nacional, después, en un proceso cuya instrucción se dilató durante más de diez años. Tras arduas y exhaustivas investigaciones, la periodista y escritora catalana Núria Almiron nos presenta ahora los resultados de una indagación que cuestiona duramente los procedimientos del banco.
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