La figura del Secretario judicial, es una institución histórico-jurídica de honda implantación en todas las civilizaciones que han influenciado sobre nuestra sociedad. Así, encontramos numerosas manifestaciones dentro de nuestro ordenamiento jurídico procesal. Y en la presente obra, se pretende analizar el papel desempeñado por nuestros predecesores y por los actuales Secretarios para apreciar con toda certidumbre una constante: la devaluación profesional que está sufriendo en nuestros días la figura del Secretario judicial (como ejemplo véase la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil). Evindentemente. La instrumentalización de sus funciones, se enfrenta en gran medida a una adaptación a los avances técnicos, telemáticos y ofimáticos. Por ello, se ha replanteado cual es el cometido de la figura del Secretario Judicial dentro del procedimiento, dado que los avances técnicos y la intervención de las partes, y una cultura jurídica extendida -que no profunda- están desplazando al Secretario judicial hacia otras tareas que pueden ser más o menos relevantes en función de la regulación que se haga de las mismas (aunque las perspectivas en este extremo son bastante sombrias). Y es que no existe una conciencia clara de cual ha se ser su cometido y su posicionamiento en este mundo jurídico tan cambiante y tan inmenso; y lo que parece ser peor: sin dignidad, sin profesionalidad, sin ganas de solucionar problemas, de cambiar, de mejorar el procedimiento, dicho colectivo ni siquiera sabe hacia donde dirigirse profesionalmente.